jueves, 8 de mayo de 2014

Masculino.

La testosteron le daba esa magnífica mandíbula cuadrada y junto con su nariz recta, su cara tenía hermosas proporciones. No hermosas de niño bonito. Eran de hombre muy hombre. Alto y seguro, no musculoso pero con las amplitudes y estrecheces donde Dios mandaba. Era algo bonito qué ver en esa plaza a mediodía mientras yo buscaba una sombra para esperar. Como lagartija.

Cabello corto y despeinado cuidadosamente. Botas y un pantalón con el ajuste adecuado. Sí. Muy bonito de ver... pero nada más.

Y yo ya me iba porque estaba aburrida. Lo que me alborotó los ovarios fue que llegara ese niño y él tiernamente, lo tomó de la mano.

jueves, 24 de abril de 2014

Ardores.

Como adicta contando los días.
Con síndrome de abstinencia.
Felicitándome por cada victoria.
Diciéndome que no recaiga.
Y tú como dealer que ya no me surtirá.

Estúpida inercia.
Estúpido y delicioso caos.
Estúpidas hormonas y estúpidas ganas.
Estúpido tú, estúpida yo.
No. Estúpido sólo tú.

Esperaba más de tí. ¿No que muy inteligente?
ah. Siempre lo supiste.
Te pasaste y te pasaste de pendeja.
Y ahora guarda tus lágrimas para quién todavía tenga paciencia.
Y ahora, cállate pinche espejo y déjame salir a la vida.

Dramitas. Y no estás a gusto sin ellos.
Sin llenadera. Y nomás haces más grande el hoyo.
¿No podías buscar adrenalina en otro lado?
Dices ya no, pero no te quitas.
No aprendes. Y buscas y repites.
Yo ya no juego. Yo aquí me bajo.
Tú cráneo me queda chico y tu corazón, grande.
Y así andas por la vida. Toda al revés.

Bendiciones y luz.
Buenas vibras y los mejores deseos
para que el karma no me chingue.
Que Dios te bendiga y que de mí no se olvide.
Que te vaya como te tenga que ir y que a mí me vaya bien.
Que chingues a tu madre como me chingaste a mí.

¿Yo qué, pinche puta?
Si yo ni te hablo, yo ni te veo, yo ni te oigo.
¿A qué chingados vienes?
Aprende a coger. Eso deberías hacer.
Aprende a coger y a dejar de chingar.
Porque, mira:
Yo no vo’aprender a maullar.

domingo, 4 de agosto de 2013

19 litros.

Pocas cosas tan relevantes como tener qué cargar un garrafón con agua.

Siendo mujer, claro. Me explico:

En los lugares en donde se nos ha enseñado que el agua "de la llave" no es del todo adecuada para el consumo humano por ser probable vía de diseminación de enfermedades o que tiene mucho cloro para desinfectarla, o que tiene muchísimas sales y nuestros riñones sufrirían las consecuencias (por eso mejor tomamos Coca-Cola...duh), se tiene que comprar agua embotellada, siendo los garrafones de 19 litros los más comunes en las casas porque son más baratos (claro que el que le venden a uno el litro de agua a más de un peso pues... bueno! pero no era eso de lo que quería hablar). La responsabilidad de llevar el garrafón lleno del carro o de la puerta de la casa, o de la reserva de garrafones al sitio en donde va, casi siempre recae en el más fuerte de la casa. Casi siempre un hombre. El "pater familias", un hermano, un sobrino, el roomie más fuerte, o un novio. No es que las mujeres no podamos, simplemente es más fácil para ellos.No me pienso meter en la asignación de roles y blah, pero aceptémoslo... ellos batallan menos a pesar de que repelen y pujen y se pongan rojos y luego respiren agitadamente con los brazos "en jarras" (amo la expresión) como todos unos machos alfa.

Nosotras también lo hacemos, incluso en tacones, pero esto no lo recomiendo ni tantito. Es preferible ir a cambiarse de zapatos antes que meter el garrafón caminando peor que Bambi recién nacido, pero bueno, como me ha pasado mucho en este escrito, me desvío del tema. Retomando: una solita puede hacer eso y si es algo que antes habían hecho siempre por nosotras el hacerlo puede ser liberador. Como la ñora de la oficina que les dicen "a ver quítense" con cara de fastidio a los señoritos que discuten por quién va ahora a poner el agua en su lugar para luego verlos como diciendo "ya ven, inútiles?" o la mujer que por fin se libero de su nefasta pareja y ve que no se muere de sed por no tenerlo con ella y ese vaso de agua es una recompensa a su valor. O el grupo de chavas que consiguieron un carrito para mover dos cuadras su garrafón y llevarlo sin tener qué andar pidiendo favores.

También está la otra cara de la moneda. Como el de la que va a ser madre soltera y está sola y no puede cargar cosas pesadas y tiene qué hablarle al vecino ese al que jamás antes le había hablado o comprar botellitas. O la que llega cansadísima y se da cuenta que no tiene ni un vaso de agua porque si ella no hace las cosas, nadie más las hará. O la que por fin se armó de valor y dejó a su pareja sólo para darse cuenta que lo que sigue será muy difícil, empezando por ese bulto que tiene qué subir al mostrador de la cocina. Es cuando lo que más pesa no son esos 19 L de agua... es la soledad de no tener alguien en quién apoyarse.

Y ejemplos como ese hay muchos: Cambiar un enchufe, destapar una coladera, cambiar una llanta y cada caso es una oportunidad de crecer o un recordatorio de que no cuentas con nadie. Uno decide si se asfixia con eso o aprende que la secadora de cabello es excelente para avivar el carbón cuando se hace una carne asada.

jueves, 1 de agosto de 2013

Mi visión de rayos X.

Típico que no sabes qué hacer o qué quieres.Y te equivocas mucho en el proceso de hacer algo porque, por lo general y desgraciadamente, uno tiene qué hacer algo aunque no sepa o no esté seguro. Y a veces las cosas salen bien. Creo que es más probable que salgan bien cuando uno va contento más que cuando se está inseguro o resignado. Eso le puedo envidiar a la gente feliz. Yo sólo puedo disfrutar cuando ví que las cosas salieron como esperaba o mejor de lo que creía. Como aventarme de la tirolesa.

Dentro de ese proceso aprendí que yo necesito tiempo lejos de la gente que consciente o inconscientemente me lastimó.  No verlos, no hablar y de ser posible y con muchísima fuerza de voluntad, no "stalkearlos". Cuando esa gente se va o siempre ha estado lejos es mucho más fácil que cuando convives con ellos o viven en la misma ciudad. Coincidir en una fiesta, en el cine, en la tienda o incluso en lugares alejados por cientos de kilómetros de sus ciudades y hacerte como que la cosa más interesante del mundo es tu celular y ese mensaje imaginario que te llegó o hacer uso de la portentosa habilidad de visión de rayos "x" si acaso necestias voltear hacia donde estén. Poco a poco uno se va sintiendo mejor, luego recae cuando se entera, o más bien cuando uno solito se enteró por andar de stalker, de que esa persona ha seguido adelante con su vida. Un buen día, uno se da cuenta que han pasado días sin pensar en ellos y ya... puede decirse que la herida sana y si las cosas no terminaron en explosión nuclear, hasta poder volver a hablarse y tan amigos como siempre o como nunca.

El problema es que muchas veces, por lo menos conmigo, el mejor síntoma de que "ya pasó" y de que estoy bien es precisamente, ya no tener la necesidad de hablarles o saber de ellos.

lunes, 29 de julio de 2013

De certezas y de destinos.

Lo único certero que conozco es la incertidumbre. Siempre pensaré en las opciones que no tomé pero lo cierto es que la vida es eso. A veces es más fácil dejar que la vida decida por uno y aún así uno no deja de pensar en si tuvimos algo qué ver con eso o no o qué hubiera pasado si las cosas hubieran sido diferentes y sabemos que es inútil pensar en esas cosas. Para las personas que creen en el destino la vida debe ser mucho menos dramática que para las que creemos que uno debe seguir hasta que las cosas sean como uno cree. Espero.

No soy fuerte ni valiente y soy muy tonta e incrédula para tantas cosas pero las pocas veces que he tenido certezas en la vida han sido contigo. Cuando decidí que te quería conmigo y cuando acepté que eso no pasaría, por ejemplo. O cuando entendí que eras de las cosas que por más que quisiera y tratara no te ibas a quedar. Pero sabes qué? también tuve la certeza de que no volvería a sentir lo que sentí contigo y me esforcé por creerlo, por forrar mi corazón y mi cabeza de cinismo y malas decisiones y por pensar que jamás dejaría de doler y no. Ya no dueles y sé que puedo darme permiso de ser como era pero eso sí, menos tonta. Hay otros abrazos en los que quepo y muchas más sonrisas que aún me quedan por regalar. Y si bien no tengo la certeza, sí espero que haya de nuevo en mi camino la oportunidad de volver a sentir lo que sentí.

De maletas y sus cargas.

Yo sabía que no debía. No estaba lista, tenía mis propios asuntos y cosas sin arreglar (muchas) y sabía que tú también. Pero vaya! dejé que me hablaras bonito, dejé que fueras caballeroso, que me tomaras la mano y me besaras en público y que te rieras de mi cara de pánico y yo me permití rascar tu barba y apoyar mi cabeza en tu espalda. Incluso pensé en lo que diría si me hubieras pedido ser tu novia en lugar de decirme que todavía tienes cosas pendientes pero que yo era una persona especial y que no merecía desacostumbrarme a que me trataran bonito porque yo era bonita pero que te sentirías raro de estar conmigo.

Lo que no sabes y que yo sí sé, es que tengo experiencia en esto. Mucha. En alejar gente y en que la gente me deseche y en el clásico "pues si a tí no te importa, a mí menos". En que me platiquen lo maravillosa que soy y todo lo que merezco pero que no pueden o "están ocupados". Ya no me la creo. O por o menos no tan fácil.

así como yo paso a ser alguien más en alguna tus listas, tú pasas a engrosar mi lista de gente que dejo atrás pero en un apartado diferente. Tú carga tus cosas que yo cargaré las mías. La diferencia es que yo no traigo a nadie más que a mí en mi maleta.

viernes, 8 de febrero de 2013

De la intensidad y de las decisiones.

Si uno quiere escribir necesita disciplina como en cualquier otra actividad. Pero además uno necesita tener algo sobre qué escribir. Unos buscan experiencias "locas" o intensas o tratan de vivirlas a través de otras personas. Otros, como yo, somos sedentarios, tranquilos, pacíficos y hasta aburridos y la única intensidad que vivimos son nuestros pensamientos y sentimientos.

Luego uno se pone en su plan de bajarle a la intensidad. De tomar la vida más tranquilo, como lo que e: un montón de cosas que pasan y nosotros reaccionamos a ellas.Y si antes escribíamos ya no lo hacemos porque no tiene caso profundizar en algo que sólo pasó y la vida sigue y esas cosas deben quedar en el pasado.

Uno cree que cambia a medida que crece. Uno va tomando decisiones que pueden ser fáciles o difíciles, con o sin consecuencias sin importar si nos detuvimos mucho a pensarlo o no. A veces esas decisiones sorprenden y otras no. Y uno por eso cree que cambia, que ya no es la persona que era. Eso pensaba hace tiempo pero ahora creo que jamás cambiamos, sólo luchamos contra los aspectos menos civilizados de nuestra naturaleza para poder avanzar y sólo hace falta un golpe para que uno quiera regresar a esos malos hábitos que fue dejando. Y cuestionas todo lo que te enseñaron pero en el fondo tienes miedo de no hacer lo que se supone que debes hacer. No sabes si la toma de malas decisiones te convierte en una mala persona o sólo en una persona estúpida y no sabes si es mejor ser malo o estúpido.

A final de cuentas uno no debe ahogarse en sus pensamientos o sentimientos ni tampoco inflarse con ellos. Habemos personas que sólo llevamos la intensidad por dentro y tal vez ahí debería quedarse porque luego uno se pone a escribir esas cosas.

lunes, 28 de enero de 2013

el fin del mundo... as I knew it.

Hubo algunos a los que sí se nos acabó el mundo. Claro que no se me acabó el 21 de diciembre de 2012... fue un poco después.

Sigo viva, tengo trabajo y proyectos (encontrar trabajo fijo es un gran proyecto), tengo metas y propósitos pero en algún momento de la vida pasa algo y ya el mundo que conocías se acabó. Tal vez todo siga igual en la superficie pero tú ya no eres la misma. Y no pasa nada. Sigues adelante y se acabó, sólo tú o algunas personas saben que hay una herida nueva que se hará cicatriz. Pierdes algo, ganas algo y se acabó.

El mundo que conocías ya no existe. El mundo exterior es el mismo, pero el interior ya no lo es más. no se acabó, no explotó sólo cambió significativamente. Eso es el fin del mundo como yo lo conocía.

sábado, 19 de enero de 2013

En otro universo, en otra vida o en otra realidad, estamos juntos. En uno en donde soy buena persona. En uno en dónde desde el principio tomé las riendas de mi vida y no dejé que las cosas pasaran si no que yo hacía que pasaran y las decisiones eran pensando en mí y no en qué haría feliz a los demás. Pero esa realidad no es esta.

Es feo que tengan qué pasar cosas feas para convertirme en la mujer que merezco ser y en la que mereces tener pero prometo que no será en vano. Con esto tomo el rumbo de mi vida y lo dirijo a dónde quiero que vaya y no a dónde "estaría padre que me pasara". Las cosas no son buenas ni malas, son lo que uno decide que sean. Algo así dice el budismo o una de esas cosas. Si no hubiéramos inventado a Dios no habría tanta culpa ni juicios pero tal vez hubiéramos inventado algo más. Decido no ahogarme con esto y dejarte ir para lograr algo mejor y dejar de ser una hoja en la corriente.

sábado, 29 de diciembre de 2012

De esperanzas.

Yo te espero y espero que seas mejor.

Espero no necesitarte y que tú no me necesites. Que no nos andemos muriendo si el otro no está, pero que prefiramos la vida con nosotros en ella. Quiero que sepas que si no estás mi vida seguirá y avanzaré y no pasa nada, pero ese será el problema: Si tú no estás todo pasará pero nada más. No habrá brillitos ni olor a fresa cuando mi vida siga pasando. Olerá a lavanda y será suavecita pero no creo que haya otras cositas interesantes. Y que tú sepas que tu vida sin mí olerá a lavanda y será suavecita pero no tendrá olor a... no sé... pastel de manzana con canela y no tendrá sensación y calidez de cobija chida.

Y que seas más que suficiente para llenar ese apartado de mi vida. No quiero estar "torn between two lovers" como la canción. Y que yo sea más que suficiente para tí. Es que eso es harto triste. Y que aceptes a mis amigos y a mi familia y que sepas que son importantes para mí y yo a los tuyos. Si los queremos será ganancia, obvio.Y que me regañes bonito cuando no trabaje lo suficiente (yo ya soy muy dura conmigo pero me tengo muuucha confianza) para que me de vergüenza que tú eres super hombre y quiera estar a tu altura aunque seas mi fan número uno y presidente oficial y vitalicio de mi club de fans. Y muchas cosas más pero te las dejo a tí porque espero que seas mejor de lo que espero.

Sólo espero no ser tonta y saberlas ver detrás de la capa de mugrita que seguramente traes.